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martes, 2 de febrero de 2010

Los leones tampoco duermen.

Si, en contra de todo lo que pensábamos los aquí presentes y los extraviados, los leones aparte de no morderse ni las uñas, tampoco duermen lo correspondiente a un ejemplar de la casa real, felina en este caso.
Curiosamente al no dormir, a un león se le ocurren muchas cosas que escribir mientras los demás juguetean con sus oníricas realidades.

Voy a hablaros aquí de como un león felizmente afincado en el Reino de los Leones, acaba en las tierras de mas allá del Ebro. La historia que hizo que el león hiciese el viaje inverso en su niñez ya la contaremos otro día que es aun mas larga y penosa si cabe.

Un buen día mientras desayunaba un par de cebras antes de salir de casa, me di cuenta de que en mi vida había muchas expectativas ya colmadas afortunadamente, pero aún así sentía un vacío en mi interior que no me dejaba disfrutar merecidamente de mi comida.
Tras comprobar que no se trataba de mi estomago hambriento, ya que había desayunado copiosamente, pensé, ¿como puedo anhelar algo y al mismo tiempo desconocer de que se trata?
Como los leones no entienden mucho de lógica y de todas esas patrañas filosóficas de humanos intelectuales del tres al cuarto, decidí centrarme en como calmar ese ansia de conseguir aquello que yo mismo desconocía y para ello fui cambiando muchas cosas de mi vida, para ver si así lo anhelado se dignaba a salir a la luz, llegando a cambiar incluso de supermercado y de peluquero, dos cosas sagradas para un buen rey de la selva.
De repente un día, mientras merendaba lo que me había sobrado de la cebra que tenia guardada en el congelador, ZAS! lo comprendí todo!
No necesitaba ningún capricho, ningún amor, ni siquiera un par de créditos gratuitos en la carrera.
Lo que necesitaba era sufrir, pero no sufrir como sufre un león en su agonía al verse rodeado de hienas y licaones hambrientos.
Mas bien se trataba de sufrir como sufre un distraido macho que se aleja de su manada para volver, por algún azar en su camino, a la alejada estepa que lo vió nacer, donde hallará una nueva manada, encontrara amores y desamores, leones mas jóvenes que le sacarán de quicio, compañias y ambientes diferentes a los que tan acostumbrado estaba siendo "El Rey de su Selva".

Un sufrimiento tras el que día a día, se asomará la chispa que le ha de devolver la felicidad perdida allá a lo lejos... en su querido Reino de León.

4 comentarios:

  1. Un león insomne...suena prometedor.

    Saludos. No se tome muy en serio mi blog.

    Miguel Paz

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  2. Laura (hermaa d ana, desde Palencia)2 de febrero de 2010, 22:59

    Zaldo, me he metido en tu blog, no se como pero he llegado hasta aqui:), me gusta mucho, sigue con ello q yo me pasare a leerlo, bbesitos!

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  3. leones mas jovenes q t saquen de quicio...no quisiera pero creo verme reflejada en ese texto... weno, x lo mens t has acordado d mi... (tarde xQ podia seguir esperand para ir cntigo a la biblio....xddddd pero algo es algo ^^)
    Si esq en el fondo me exas d mens... que harias sin mi.. =) o leones semejantes (si encuentras alguno) =P

    cuidate x esas tierras del este...

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  4. Dormir es uno de los placeres más horribles que existen.

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